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Desde finales del 2015 por un sinnúmero de razones mi rutina de ejercicio se ha visto disminuida significativamente. Por momentos he logrado mantenerme activo con cierta constancia pero siempre alrededor de eventos específicos. Uno de ellos fue Ironman Oceanside 70.3 en el 2016 donde entrené cerca de dos meses antes de ese evento. Luego este año camino al Punta Cana Tri Summer Fest llevé una programación constante por unas 14 semanas un poco más de tres meses. Pasada esa competencia entró la vagancia de nuevo.

Parte de la vida es conocernos y desde muy temprano en mi camino hacia un estilo de vida saludable identifiqué que necesito un objetivo concreto. Mi personalidad le va muy bien poder trazar un camino hacia el objetivo, ver cuáles son las limitaciones ( de tiempo, de rendimiento, de habilidad ) y programar un plan en consecuencia. Todos estos meses el no tener un objetivo ha sido una de las razones por la que me ha costado ser constante.

Desde hace varios años veía en las redes el Hot Yoga Challenge de Yoga+ y me llamaba la atención como estaba en otras cosas o a veces en nada nunca me había animado. Este año viendo que se acercaba Diciembre y buscando agarrarme de ALGO, lo que fuera, para buscar una rutina y activarme empecé averiguar cómo era el meneo.

En Yoga+ dan clases 6 días a la semana. En algunos casos hay dos sesiones de Hot Yoga pero el Challenge limita a 1 sesión por día. El reto consiste en realizar al menos 20 clases de Hot Yoga en el mes de Noviembre. De entrada le escribí a Lina y sabiendo el reto que es ser constante me empecé a quejar que eran muchas clases. Máxime que de entrada, había 1 día feriado que no iban a impartir clases ( un chance menos de recuperar o acumular, por si uno falta algún día ) y de mi lado tenía dos compromisos que me iban a sacar de la ciudad. De 26 clases de hot en un mes normal, el feriado lo tumbaba a 25 y de esas 25 clases habían dos que yo no podría tomar. Eso me dejaba con la realidad de completar 20 clases de un total de 23 oportunidades.

Al fin y al cabo le cogí el gusto. Llegaba super temprano al punto donde me relajaban pero por cualquier tapón yo no iba a perderme una clase. Llegaba y hacía del sillón del lobby mi oficina, despachando de la computadora o poniéndome al día escuchando podcasts. Además de coger la rutina de ejercicio me puse al día de muchos programas haciendo hora para las clases. Del total de 25 clases terminé asistiendo a 24, yo soy OCD pero al final hasta me soprendí con la cantidad de clases que pude acumular pero más aún con las cosas que fuí aprendiendo en el camino. Aquí te comparto algunas de esas cosas:

  1. Iniciar es lo más difícil. En mi rol de coach muchas personas se acercan sorprendidas por las rutinas que llevan nuestros atletas, especialmente los que son multideportes. Desde fuera pudiera parecer fácil pero la realidad es que tras bastidores todos los atletas le tienen un terror a parar, cuando digo terror es terror. Quien ha tenido una rutina constante y la ha visto reducida sabe lo difícil que es retomar. Desde programar el ritmo circadiano del cuerpo a iniciar a la hora que sea que cada quien debe despertar para lograr su rutina diaria, hasta volver a reprogramar actividades cotidianas en conjunto con nuestros alrededores, sea llevada o recogida en el colegio hasta a juntaderas con amigos y compañeros de trabajo. Para mi siempre es difícil empezar. Igual con el challenge, el decidir iniciar y programar mi vida para que pudiera suceder fue lo más difícil. Ya corriendo el proceso la motivación de Adria, los profesores, los otros amigos de las clases y mi entorno fue llegando haciendo que el proceso de llegar a clase fuera mucho más fluido. Puede ser tema de personalidad pero en el proceso cada check mark de clase completada fue un punto de retroalimentación positiva que me motivaba aún más a regresar el día siguiente.
  2. Explorar nuevas disciplinas es divertido. Parte del secreto que guardan los que son activos o fit, es que mantenerse probando nuevas actividades no sólo es divertido sino que te ayuda a romper la monotonía. Introducir variedad en tu rutina te asegura que con el tiempo puedas seguir descubriendo actividades que te gusten y que hasta llegues a extrañar alguna disciplina que en un momento te encontrabas aburrida pero luego de 2 o 3 meses sin practicarla te das cuenta lo mucho que te divierte. A título personal ver a practicantes más avanzados entrar sus cuerpos en posiciones que parecen imposible es algo impresionante. Es impresionante y jocoso el ver como tratas de entrar en esa misma posición, a veces puedes y otras caes redondo en el piso para intentar nuevamente.
  3. Desarrollar habilidades ayuda a la constancia. Otro secreto del fitness es que muchos buscan practicar deportes o disciplinas donde siempre uno pueda ir mejorando ciertas habilidades o aptitudes. Más que rebajar el que nada, trata de perfeccionar su técnica ya sea para nadar mas rápido o para gastar menos energía nadando a la misma velocidad. En el yoga todos tenemos el mismo cuerpo y podrán haber predisposiciones genéticas donde algunos tengan más flexibilidad que otros, pero la motivación de escuchar que alguien tiene 1 año practicando y logra volver su cuerpo en un pretzel sirve de motivación a que con disciplina puedas llegar tú a ese nivel también. A lo largo de sólo 4 semanas puedo decir con completa transparencia y certeza que mi cuerpo amplió enormemente el rango de flexibilidad. Otros compañeros compartieron sus experiencias de que dolores de espalda baja que eran constantes en su presencia desaparecieron. Para mí lo sorprendente fue poder entrar en posiciones que me parecían imposiblemente difíciles en el primer día. Aunque no me lo crean eso vale más que rebajar 5 libras.
  4. El cuerpo aprende rápido. Algunos somos fuertes con el cuerpo, quejándonos de que es ingrato y que si uno se toma tiempo libre el cuerpo olvida rápido. En mi caso siento que también aprende rápido. De las cosas más significativas para mi fue que Nassim en muchas posiciones hace énfasis de conectar los omóplatos, me tomó tiempo hacer la conexión, especialmente en la posición de Downward Facing Dog o Perro Mirando hacia Abajo ( Adho mukha śvānāsana ). Luego de hacer la conexión me veía en mi vida diaria siendo más consciente de recrear esa posición de conexión de los omóplatos lo que básicamente hace es ayudar a enderezar la espalda y mejorar la postura. No puedo decir que puedo mantenerla todo el día pero sólo ver que inconscientemente me veía teniendo los omóplatos conectados o cuando me daba cuenta intentaba conectarlos y veía mi posición cambiar. Eso debe bastar para muchos pero como a las dos semanas de haber empezado el Challenge, comencé a nadar y noté algo interesante. Si bien no tenía un pico de fitness ni cerca de mi mejor condición histórica, sentía que estaba nadando mejor y más rápido que lo correspondiente a mi nivel de fitness actual. De ahí me puse a pensar y en una de las clases me di cuenta que la misma conexión de omoplato que sentía en Downward Facing Dog era la que siento nadando al tener los brazos extendidos antes de iniciar el jalón. ¿Viene por la conexión de omóplatos? ¿Viene de más resistencia o fuerza por todos los días de yoga trabajando de manera seguida esos músculos? De mi lado no tengo respuesta pero sé que me quedo con esa sensación y conexión en Yoga y en el agua para mí.
  5. Un profesor o coach te obliga a trabajar tus debilidades. En la mayoría de artículos de desempeño deportivo se habla de la importancia del core. Inclusive sabiendo esa realidad yo como coach se me hace super difícil y perezoso realizar ciertas rutinas en la casa o en el gym. Sin embargo, estando en clase con otras personas y con un profesor, cuando hay que hacer Navasana no hay de otra, inclusive si el profesor tiene tendencia a hablar mentira de al cantidad de repeticiones que quedan y siempre aparece una más o por más tiempo que el original. De mi lado me di cuenta que debo trabajar en mi core, especialmente en la parte baja.
  6. El yoga es más que una actividad física. Muchas personas inician una rutina de ejercicio buscando rebajar o reformular su composición corporal a pesar de que está más que claro que el ejercicio no es la mejor receta para rebajar. En esa conversación a veces se pierden los beneficios colaterales de la actividad física. Conozco de uno o dos casos (por no decir docenas) donde cuándo por una razón una otra un atleta esta de vago lo mandan a salir de su casa a la fuerza por que el nivel de energía que se libera mediante el ejercicio físico es enorme y se refleja en muchos aspectos de la vida diaria. De los compañeros que estuvieron en el Challenge pero de todos los practicantes regulares de las cosas que más escuché en esos 30 días es cómo el haber iniciado a practicar yoga le había bajado enormemente las revoluciones a su día completo. Se reportaban mucho más calmados manejando, teniendo menos exabruptos e inclusive invitando a los de a su alrededor a respirar cuando venían como muchas quejas, pleitos o problemas. En mi caso no se cuál es el mecanismo fisiológico o psicológico operante pero el Hot Yoga en particular me pone a dormir como un bebé.
  7. Ponte tus propios objetivos. Siempre he sido de objetivos individuales. El Challenge lo utilicé como una herramienta personal para intentar entrar en una rutina sabiendo que a mi me funciona la rutina y sería mucho más fácil incluir otras cosas una vez tuviera un estructura. Si llegaba o no a completar los días era secundario y no buscaba ganar o competir con alguien. En mi caso tengo quizás más flexibilidad de horario que alguien que esté en un horario corporativo tradicional, ¿mi logro es mayor que alguien logre completar 10 clases con mucho menos flexibilidad de tiempo? Para mí la sorpresa de todo este proceso fue Olivier, quien empezó una semana tarde y completó 18 clases de 21 disponibles desde que inició. Todo esto haciendo la salvedad de que no había hecho yoga antes y mucho menos Hot Yoga que tiene su sabor particular.

En esta etapa de mi evolución como atleta y como coach cada vez valoro más el explorar nuevas actividades que nos sirvan como herramientas para intentar mantener nuestro cuerpo en equilibro. No nos sirve de nada ser muy rápidos corriendo, si metabólicamente nuestras hormonas están deprimidas. Tampoco nos sirve ser super fuertes si carecemos de flexibilidad y rango de movimiento. Explorar nuevos retos y disciplinas nos ayudan a divertirnos, a tener diferentes herramientas a las cuales podemos recurrir según nuestro estado de ánimo siempre manteniéndonos activos.

Sigamos entrenando para la vida y Namaste!